- Jorge Guerra
- Tips y tutoriales
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Antes de empezar
Ell violín agradece un entorno templado y con humedad relativa entre 40 % y 60 %. Si el ambiente está muy seco, la madera se contrae y las clavijas pueden aflojarse; si hay demasiada humedad, pueden trabarse. Ten a mano un afinador (app o clip-on) y, si es posible, compuesto específico para clavijas. Si tu cordal tiene microafinadores, úsalos al final para ajustes mínimos.
Cómo funciona la clavija y por qué a veces se “devuelve”
Cada clavija es cónica y se mantiene en su sitio por fricción dentro del orificio del clavijero. Si solo giras sin empujar, la clavija no termina de asentarse y, con la tensión de la cuerda, tiende a retroceder un poco: es esa sensación de que “se devuelve” y la nota cae. En cambio, cuando giras y a la vez impulsas la clavija hacia adentro, el cono se asienta en su asiento de madera y la fricción aumenta lo justo para bloquear la posición.
La técnica clave: girar + empujar (explicado paso a paso, pero fluido)
Sujeta el violín con seguridad y toma la clavija por la “cabeza” con pulgar e índice (apóyate también con el medio para más control). Empieza siempre afinando desde abajo del tono: si te pasas, baja un poco y vuelve a subir. Mientras subes (tensas), haz un giro corto y controlado al mismo tiempo que aplicas un empuje suave hacia adentro; no es fuerza bruta, es una presión progresiva. Al alcanzar la nota correcta en el afinador, da un microajuste final con algo de empuje y suelta una pizca (apenas una fracción de milímetro) para que la clavija “descanse” en su sitio. Esa mini-relajación evita que el rebote de la cuerda la haga retroceder.
Consejo útil: no te obsesiones con “horario/antihorario”. Fíjate en lo que hace la cuerda: si se enrolla en la clavija, estás subiendo; si se desenrolla, estás bajando. El sentido varía según la clavija y el lado del clavijero.
Orden sugerido y microafinadores
Un orden clásico es afinar la (A) primero (440 Hz) y a partir de ahí re (D), sol (G) y mi (E). Después, usa los microafinadores del cordal para remates muy finos, sobre todo en mi (E), que es sensible a pequeños cambios.
El enrollado importa: vueltas limpias y apoyo al borde
Un buen enrollado estabiliza la afinación. Procura 2–3 vueltas ordenadas, sin cruces ni montañitas. Idealmente, la última vuelta debe quedar apoyada hacia la pared del clavijero: ese “tope” lateral ayuda a que la clavija no retroceda, porque la tensión de la cuerda ejerce un empuje que colabora con el asentamiento del cono. Si ves desorden o cruce de vueltas, vale la pena desenrollar y volver a hacerlas limpias.
Errores frecuentes (y cómo solucionarlos rápido)
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Girar sin empujar hacia adentro: principal causa de que se devuelvan. Repite la técnica girar + empujar y ese micro-descanso final.
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Ajustar desde arriba del tono: mejor bajar y volver a subir para “asentar”.
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Vueltas mal puestas: re-enrolla en orden y con la última vuelta apoyada.
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Clavija seca o pegajosa: aplica una muy fina capa de compuesto específico para clavijas en las zonas de contacto (no aceites caseros).
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Afinar a tirones: los movimientos deben ser cortos y controlados, escuchando el afinador en tiempo real.
Cuando la clavija se “devuelve”: protocolos que funcionan
Primero, verifica tu gesto: al subir, gira y empuja; al alcanzar el tono, microajuste con empuje y mínima relajación. Si aun así baja sola, comprueba el enrollado: vuelve a dar 2–3 vueltas limpias buscando que la última quede apoyada al borde. Si notas que la clavija patina incluso con buena técnica, retira con cuidado la cuerda, extrae la clavija y aplica compuesto para clavijas en la zona de contacto del cono; vuelve a colocarla y prueba. En emergencia, una pizca de tiza blanca puede dar agarre, pero es abrasiva y no es solución de largo plazo. Mantén el instrumento en 40–60 % de humedad; por debajo de 35 % suelen aumentar estos problemas. Si pese a todo la clavija retrocede, podría haber desgaste u ovalamiento del orificio: es trabajo para luthier (reajuste del cono, bushing o sustitución).
Si la clavija está demasiado dura
Para aflojar, quita casi todo el empuje y haz micro-giros de vaivén; evita forzar. Un poquito de compuesto (hay fórmulas que combinan deslizamiento con agarre) suele normalizarlo. Si sigue dura, consulta con un luthier: forzar puede rajar el clavijero.
Mini-rutina de afinación (para interiorizar el gesto)
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Sitúa la nota por debajo del tono.
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Sube con girar + empujar hasta el tono.
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Microajuste con empuje y mini-relajación.
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Remate con microafinadores si los tienes.
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Comprueba dobles cuerdas (A-D, D-G, A-E) para chequear estabilidad.
Recomendaciones finales para clavijas que se “devuelven”
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Domina el girar + empujar y ese micro-descanso al finalizar.
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Revisa y corrige el enrollado: vueltas limpias y última vuelta apoyada.
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Usa compuesto para clavijas; evita lubricantes caseros.
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Controla la humedad del entorno.
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Si persiste, luthier: puede requerir ajuste profesional.
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